De limpieza pontinguil.

Hola a todo@s;


Como refleja el título de este post, ayer decidí "meter mano" a mi estantería del baño, o también conocida como mi "leonera potinguil", darle un orden y, de camino, una limpieza.

Pero comencemos por el principio. Ayer fuí a Leroy Merlín en busca de una pieza de la cisterna, sí, sí la del WC. Mi marido, tras muchos días de reflexión,se decidió a cambiarla (¡Ya era hora!) y ¡vaya hombre! le faltaba una pieza. Pues allá que fuí a buscarla. De camino a la caja me encontre unas cestitas muy monas y apañadas, con subdivisiones internas y pensé: "están ideales para clasificar y ordenar pontingues, así que me vine con dos".


Y dicho y hecho, en la tarde de ayer me afané en el cuarto de baño ante las atónitas miradas de mis perrihijas que no daban crédito a lo que se sucedía frente a sus ojos perrunos y que debían pensar: "a mami ya le dió una de esas locuras trasitorias, que le dan de vez en cuando, de sacar todas las cosas de un lugar para volverlas a colocar luego".


De entre las cosas que iba encontrando, aparecieron unas mascarillas que sólo Dios sabía que existían, tónicos de tres clases diferentes, hidrantes corporales como para parar un tren y, ¡atención! De la nada surgieron variopintos correctores de los que igualmente ignoraba su existencia.
Por lo demás, las bases de maquillaje y los labiales estaban controladas, sabía los que tenía y no se han reproducido por arte de magia.












En resumen, que de vez en cuando es conveniente hacer inventario del armario (o estantería en mi caso) potinguil porque te puedes llevar más una sorpresa. Moraleja: me reafirmo en mi potidieta