P.P. de Urban Decay: Crónica de una muerte anunciada.

   Ya hacía algún tiempo que lo nuestro no era igual a lo que teníamos antes. Desde hacía unas semanas ya no me daba lo que necesitaba y me sentía miserable por tener que mendigar unas migajas que me brindaran algo de su interior. Había llegado la hora de acabar con esta situación y yo realmente lo sabía; el seguir haciéndome la tonta ya no llevaba a ninguna parte. No sé a que estaba esperando ni por qué me dolía tanto tener que separarme de su cuerpo, porque al fin y al cabo no era más que un cuerpo. Estaba claro que lo que me había enamorado estaba en su interior y que pasara lo que pasara eso iba a seguir muy cerca de mi. Y es que así es la vida, que nos pone en estas situaciones difíciles en las que nos cuenta demasiado dar un paso al frente para solucionar nuestros problemas.

   Pero llegó el gran día y ya no pude dar marcha atrás. La hora señalada estaba marcada en nuestro destino y la Pequeña Pony me arrastró hacia el camino correcto de un solo empujón. Fue rápido y certero, justo la clase de empujón que no te deja recular y que te impide seguir ignorando la situación. El caso es que allí estaba ella, con mi botecito de Primer Potion entre sus manos, jugando, al igual que lo había hecho miles de veces; contenta con el juguete favorito de su mamá. Lo cogía, lo soltaba, lo tiraba, sonreía, hasta que... "¿Pero qué tienes en la mano?" Ohhhhhhh no, lo había roto. Como por arte de magia y con la intervención del destino, una pequeña lasca se había desprendido del fondo del bote dejando al descubierto todo su interior.

   Durante unos minutos experimenté un cúmulo de sensaciones rabia, tristeza, pena, nostalgia... Pero he aquí que no había marcha atrás. Se había terminado el posponer lo inevitable. Yo lo sabía, había visto vídeos, había leído sobre este momento en muchos foros, pero aún no me sentía preparada, si bien sabía de sobra que el momento había llegado desde hacía mucho tiempo. Era la hora del adiós.

   Sin nada más que hacer ni en que pensar conseguí que la Pony se durmiera y me dirigí a la cocina en busca de un cuchillo de sierra, vamos de los de cortar el pan de toda la vida. Me senté reflexiva en la mesa del salón y le clavé el cuchillo sin más. La verdad es que nunca pensé que su cuerpo sería tan duro... Comencé por su parte inferior, justo donde se ensancha el envase. Tras muchos más movimientos de zig-zag de los que previamente había imaginado conseguí que el envase se abriera y me mostrara todo lo que estaba perdido en su interior. Comencé a vaciar su contenido con el mismo aplicador del envase y lo fui colocando como pude en un envase vacío de Letibalm. La segunda puñalada fue a parar a la parte superior, justo a la parte más ancha de la botella. ¡Y vaya sorpresa! Había primer a mansalva. Nunca pensé que pudiera haber tanta.

  Fue un trabajo un poco engorroso, pero al fin y al cabo ya había terminado, o casi. Tan solo me quedaba decir adiós. "Adiós, querido amigo, adiós. Te vas pero me quedo con lo mejor de ti. He de llevarte al contenedor amarillo, por lo que espero que tengas una nueva, bonita y fashion vida cuando te reciclen".

   Espero que os haya gustado la review de hoy. Algunas pensarán que me he vuelto loca, otras que soy un poco infantil. No obstante, espero que a algunas os haya gustado. Es un tema del que se ha hablado mucho, pero que me apetecía realmente compartirlo con vosotras por si aún tenéis el envase antiguo,  ya que como muchas sabréis han renovado sus envases para un mejor aprovechamiento del producto.