¿Cómo le afecta a tu pareja?

NOTA: Si estás buscando un artículo serio, este no es tu post. 

   Hola a tod@s, mi nombre es Saray y soy una poti-adicta ( y ahora es cuando vosotras me contestáis).

   De todas nosotras es sabido que todo lo que hacemos en la vida tiene una repercusión, y la "adicción" a los potis tiene también su influencia en el ambiente que nos rodea ( a parte de vaciar nuestras carteras). Por experiencia propia sabemos que con nuestro entusiasmo y poti-adicción acabamos contagiando a las féminas que se encuentran a nuestro alrededor.  Pero ¿cómo afecta todo esto a nuestra pareja?

   Si nuestra pareja es una chica ( y que alguien me corrija si me equivoco), me imagino yo que la cosa será más fácil, que en algún momento terminarás por arrastrarla al lado oscuro y que incluso llegaréis a compartir potis  Pero... ¿y si tu pareja es un chico?

   De casi todas es conocida la intrínseca relación amor-odio de nuestros churris con los potis. He aquí algunos ejemplos al respecto:

1.    "¿Por qué tardas tanto en maquillarte?". Que levante la mano aquella afortunada a la que nunca se le haya quejado su amorcito ante tal situación... A ver, a ver... Ninguna, me lo imaginaba. Éste es un clásico de amor-odio en toda regla; se queja unas cuantas veces mientras te maquillas "¿Te falta mucho?", "¿Aún  no has terminado?", " Ya son las sieteeeee"... Y tú que intentas hacerte una eyeliner decente, ya comienza a temblarte hasta el pulso y no paras de repetir "Ya estoy terminando, ya estoy terminando..." Pero bien, una vez que has terminado te repite unas cuantas veces lo guapísima que estás. Y digo yo... Si ya has pasado por esto tantas veces y sabes que te va a gustar el resultado ¿ Por qué eres tan impaciente y no paras de ponerme de los nervios?
2.    Ya sabemos que se quejan, y mucho, de todo el tiempo que tardamos en hacernos el alicatado. Pero cuando no te maquillas y vas a salir con él a algún recado ¿qué es lo que sucede? "¿Vas a salir así?", "¿No te haces mas que sea una rallita?" "¿Estás como amarillita píntate un fisquito?" Sí, ya... que sarna con gusto no pica...
3.    "Yo no sé como tienes tantas cosas" dijo aquí el señorito responsable de gran parte de mi colección y del armarito que la alberga... Se la pasan quejándose de todos los potis que tenemos, de que en cualquier momento se van a tener que salir de casa para que nos entren todos, y sobretodo de para qué queremos 3 ó 4 colores iguales... (iguales, dice, iguales... hay que ver lo que es la ignorancia). Pero luego resulta que vas a un Beautik y es el primero en preguntarte si quieres algo, o pasas por un stand de Mac y te tienta (y tú que no sabes si es una trampa, entre aturdida y asombrada, prefieres no sucumbir al pecado en su presencia), o quizá te compra cosas a través de ebay...
4.    Esa es otra, él también te tienta, pero luego bien que se queja de lo caros que son los potis ¿Y entonces para qué me tientas en Mac? (¿Pero tú sabes lo que valen las cosas de Mac?, fue mi respuesta). ¿Para que me compras un tratamiento completo de Biotherm? Pero, hombre de Dios... ¿tú no ves que mi maltrecha economía hace que me rodee de productos de essence y otras marcas low cost? ¡Que me paso días buscando por internet productos en otros países para ahorrarme unos €!

   Y así muchas y otras calamidades que van provocando en nuestras parejas un pequeño trastorno bipolar como consecuencia a nuestra adicción. Pero ¿será siempre así? ¿Conseguiremos en algún momento pasarlos al lado oscuro?

CAMINANDO HACIA EL LADO OSCURO

   Y de repente un buen día te levantas y descubres que algo ha cambiado en su interior... Es algo raro, diferente que no sabes explicar, pero que se palpa en el ambiente. Tarde que temprano, acontecen situaciones como las siguientes, que te hacen darte cuenta de que tus mensajes subliminales comienzan a hacer efecto en su cerebro, y que después de todo, quizá sea posible que puedas arrastrarlo hasta el lado oscuro.

SITUACIÓN A:   Un día de verano cualquiera, en una ceremonia religiosa (boda, comunión o bautizo), no voy a decir cuál porque aquí nos conocemos casi todos, me encontré a las puertas de la iglesia con una antigua compañera que hacía un par de años que no había vuelto a ver. Nada fuera de lo normal, nos saludamos y hablamos apenas 2 ó 3 minutos. Acto seguido ella entró a la iglesia y yo me quedé en la puerta. A los pocos segundos se me acerca mi marido y en tono de secretismo va y me suelta "¿Pero esa muchacha no tiene un marido que le diga que va mal maquillada?".

   Pues esa misma cara se me debió quedar a mi mientras mi cerebro repasaba mentalmente el look de la muchacha. Apenas una sombra discreta, eyeliner casi imperceptible, un colorete sobrio y unos labios demasiado nudes... En fín, algo sosa sí que iba la muchacha, pero de ahí a ir mal maquillada... Así que ante la perplejidad de la situación, mis labios solo lograron esbozar un ¿por qué...? " ¿Pues tú no viste que se aplicó mal la base? " Y señalando la zona en la que se une nuestro mandíbula con el cuello por el lateral añadió " "Tenía toda esta zona llena de manchones, como si no se hubiera trabajado esa parte".

    Escalofriante, pero cierto. ¿Y ahora que conclusiones saco yo de esto?

SITUACIÓN B:    Cierto día en el que me disponía a hacer mi primera incursión en un Beautik pasó lo que a continuación os paso a relatar:

   Poco después de dar a luz, enfundada en mi adorado chandal (porque de momento no entraba en nada más) con las ojeras hasta los tobillos y con apenas un poco de eyeliner y máscara, me encontré con mi hermana en un centro comercial. Toda ella muy divina y pintadita con un maravilloso fucsia de Mac en los labios. Así que los tres decidimos pasarnos por el Beautik, ya que yo no podía abandonar la isla sin conocer tal templo de la tentación.

   No os voy a pasar a describir mi mar de sensaciones al entrar en semejante paraiso potinguil y me voy a centrar en el asunto que hoy realmente merece nuestra atención. Hablando con las dependientas (ya que la tienda estaba desierta) salió el tema del fabuloso pintalabios de mi hermana, y a la dependienta se le ocurrió la maravillosa idea de mostrarle a mi hermana un labial de Prestige que para su parecer era igualito al de Mac que llevaba mi hermana . Y mi maridito que es un cielo y que tiene esos prontos de sinceridad incontenible y menos tacto que una esponja, le espeta "Pero tú no ves que son diferentes". Se produjo un pequeño silencio en el que pude apreciar perfectamente el cri-cri de los grillos y el ulular del viento. Y automáticamente todas desviamos la conversación a lo bonito que era el tono y mi hermana acabó con un pintalabios más en su colección...

   Ante tal momento de simbiosis mística no pude detener mi chip que a modo colibrí vibraba en los interiores de mi chandal (para conocer el modo colibrí visitar a la Tarada, que gustosamente aclarará vuestras dudas). Por fin, después de tanto tiempo reconocía que 2 tonos no eran iguales. Sí, chicas es posible, en algún momento de vuestra relación pasará del " Para qué quieres 3 pintauñas iguales" a apreciar los pequeños matices que los diferencian y que para un profano pasarían desapercibidos.

   El paso al lado oscuro es posible y cada vez está más cerca... Seguiremos informando =^.^=