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jueves, 15 de septiembre de 2011

De como saber quien eres te puede salvar la vida

   A tenor de lo que estoy leyendo últimamente en algún que otro blog, me he planteado la idea de escribir esta entrada. Todas las personas que escribimos un blog, tenemos que ser conscientes, de que cualquier persona que está al otro lado de la pantalla, puede sentirse influenciada, de uno u otro modo, de lo que decimos abiertamente y sin ningún tipo de control, más que el nosotras mismas nos imponemos.

   Como persona que hace públicos sus pensamientos, según de qué cosas estés hablando, debes ser muy cautelosa y medir todo aquello que publicas. Me refiero a cosas realmente serias relacionadas con la salud. Bajo mi punto de vista, hay artículos desafortunados que jamás debieron haber visto la luz, pero muchas veces, peor que una idea mal expresada (o al menos eso quiero pensar), me horrorizan más los comentarios que leo bajo esta.

   No es lícito que bajo la bandera de la libertad de expresión, nos empeñemos en "desnudar nuestras almas" hablando libremente de problemas graves de salud. Es muy triste leer que alguien se despide porque se va a suicidar, otra persona que da consejos para que no noten tu anorexia o simplemente alegar que la libertad de expresión te da derecho a crear páginas que alienten enfermedades que pueden causar la muerte de quien las padece.

   Pero bien, yo no estoy escribiendo este artículo para hablarles a las personas que padecen una enfermedad, ya que no soy yo, sino un profesional, la persona indicada para prestarles la ayuda que necesitan. Yo hoy estoy aquí, para hablarles a aquellas personas que están a punto de cruzar de la línea e incluso a aquellas a las que en algún momento se les ha cruzado esta idea tonta por la cabeza.

   Es cierto, que esta sociedad, cada vez más exigente, nos ha impuesto unos cánones de belleza, que están estrechamente relacionados con nuestra aceptación hacia la "pandilla". Pero visto desde la lejanía, esta imagen o perspectiva no es más que un espejismo. También es posible que ante una actividad determinada, profesión o percance personal, se nos presente la excusa perfecta para saltarnos los límites y caer en una enfermedad. Pero es aquí como el saber quien eres puede liberarte de toda esta presión y distinguir lo que está bien de lo que no.

   Mi experiencia se remonta a muchísimos años atrás, a cuando tenía 12 ó 13 años. Edad delicada para una niña que comienza a hacerse mujer, y que aún no tiene su personalidad formada. Más que nada en el mundo, a mi lo que me encantaba hacer era gimnasia rítmica, de ahí que le dedicase 4 horas diarias a entrenar. No es que fuera una gran promesa, pero no se me daba mal. 

   A veces, los mismos adultos, no nos damos cuenta de lo que nuestras propias palabras pueden generar; y es por eso que no utilizamos de manera responsable lo que podemos ocasionar. Por eso, cuando se trabajan con niños o adolescentes hay que tener una balanza fijada en los pros y contras que nuestras palabras pueden desencadenar.

   Un buen día, la que era mi entrenadora quiso hacerme la recomendación de que bajara de peso, sin embargo, y hoy por hoy me doy cuenta, no supo hacer las cosas de la forma más idónea. La gimnasia rítmica es un deporte que requiere un bajo peso, pero no solo por cuestiones estéticas, sino también por cuestiones técnicas. Aunque ella estaba en lo cierto de que para competir a mayor nivel debía perder peso, pese a que yo no estaba gorda para "la vida real", su error radicó en no hablar con un adulto responsable. Ella tenía la responsabilidad de hablar con mi madre y recomendarle que me llevara a un médico, para ver si en términos de salud, sería recomendable para mi, perder esos kilos que me andaban sobrando. Pero las cosas no sucedieron de ese modo y afortunadamente la cosa jamás se me fue de las manos.

   Comencé una dieta por mi cuenta (con la supervisión de mi madre, pero no con la de un médico). Los resultados no se hicieron esperar: cansancio, cambios de humor y al poco tiempo hipoglucemias. Llegado a este punto, se acabó. Dieta sana sí, pero dietas de adelgazamiento solo con el médico. Lo entendí enseguida, pero los años venideros fueron años difíciles, llenos de tentaciones: Atracones seguidos de culpabilidad. Sí, esa misma culpabilidad que te lleva a arrodillarte ante el retrete y a meterte los dedos para vomitar todo lo que, como una cerda, te has comido. Culpabilidad que te está matando y que te hace sentirte la persona más asquerosa del mundo. Pero este es el momento. Esta es la ocasión exacta de saber quien eres. Justo en ese instante dentro de ti tiene que sonar esa vocecita que te diga "¿Pero qué estás haciendo?". 

   Si has estado en esta situación y no la has escuchado nisiquiera después de haber vomitado y has continuado con el sistema, realmente tienes un problema. Si tan solo lo has hecho una vez, y te sientes más que tentada de volver a hacerlo, tienes un problema si vuelves a caer en ello. Busca ayuda, que no te de vergüenza; aún estás a tiempo y no pasa nada, no lo dejes crecer más.

   Alguna me estará leyendo y estará pensado "Yo hago con mi vida lo que me da la gana". ERROR: No estás haciendo con tu vida lo que te da la gana, porque en el camino, ten por seguro que también arrastrarás a otras personas contigo. No he visto a ninguna persona con este tipo de problemas que no tenga una madre destrozada o que no se haya quedado aislada hasta el punto de quedarse casi sin amigos.

   Piénsalo bien, tú sabes quien eres y si en algún lugar del camino se te olvida, siempre puedes buscar a alguien que te lo recuerde. Pedir ayuda no es malo, no te hace más débil; más bien todo lo contrario si luchas por saber quien eres tienes la batalla ganada.

18 comentarios:

  1. Aplauso para mi niña!!!!!! como decía mi abuela: cada cual siente lo suyo...y detras de cada blog,esta una historia que cada cul conoce bien y poca mas gente llega a saber.Gracias por compartir ese trocito de tu vida conmigo,ya sabes que te quiero (aunque sea raro sin conocernos) pero cosas como esta,hacen que te coja aun mas cariño (estoy de un tonto desde la entrada de las chicas que no es normal,,,)

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  2. Sonia yo también te quiero, ay que me emociono, leñe =^;.^=

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  3. no me toques las narices,que yo he llorado.....

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  4. Lo mismo pasará en América donde son más superficiales que aquí...Pero lograste superarlo, y tienes una niña. Lo importante es darse cuenta a tiempo. Besotes.

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  5. Muy buena reflexión y una gran fuerza de voluntad y personalidad, sí señor!

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  6. Estoy segura de que eres una madre estupenda y un gran ejemplo para todos los que te rodean.

    Es una alegría poder haberte conocido, aunque sea en la distancia.

    Un besazo

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  7. Me encanta que hayas hecho esta entrada,asin habran niñas que estaran reflexionando un poco y tomaran nota pues algunas no kieren ver la realidad



    Saludos

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  8. Me ha parecido una entrada estupenda!!!!


    Besos

    http://ginger-maquillajealos50.blogspot.com/

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  9. genial entrada, comparto tu opinión en todo!
    yo también fui gimnasta pero la reducción de peso (y la bajada de nota tb) hizo que me quitara de ese deporte, es una pena porque me hubiera encantado seguir.
    hay gimnastas geniales que no tienen problemas con su peso.
    espero que te lea mucha gente y que tu post sea comentado personalmente por las que te leemos.
    un besazo

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  10. Gracias por los comentarios, chicas =^.^=
    Nisa a mi me gustaba tanto la gimnasia que no la dejé hasta los 18. A unas amigas y a mi nos gustaba tanto, pero tanto, tanto, que pasamos 2 años entrenando para no participar en absolutamente nada, tan solo por el placer de hacer algo que nos gustaba. Y hay "afortunadas" que no tienen problemas con su peso y otras que no tenemos tanta suerte. Hay gimnastas de la talla de Tania LaMarca (integrante del equipo olímpico) que tuvo que dejar su carrera porque tenía que perder un peso que su médico no le aconsejaba que perdiera, y por tanto se retiró. Una decisión muy sabia la suya... Y unos fantásticos profesionales a su lado, por supuesto.

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  11. No sé que comentar!! Sin palabras.
    Es que...me copio de Sonia.

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  12. Nunca dejaré de admirarte porque eres una persona super fuerte, a parte de un cielo y sincera...
    Un besote guapi, que jartá de llorar, jajaja : )

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  13. Si señor. esa es mi niña. Que orgullosa estoy de ti,la gran madre y mujer que te has formado a lo largo de la vida. Besitos, te quiero mucho

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  14. Un post precioso, enhorabuena!

    la verdad que hace reflexionar a la gente!bss

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  15. Que bien explicado todo Saray!! Me han llegado tus palabras al corazón ya que yo de pequeña también tuve problemas de este tipo aunque no llegaron a nada grave pero con 14 años, no querer comer y sentirte mal al hacerlo es un problema y menos mal que mi madre se dio cuenta a tiempo y se quedó en nada.
    Un besazo enorme guapa

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  16. Hola cielo, que texto tan bonito y llevas mucha razón hay que ir con cuidado con lo que escribimos en los blogs o comentarios porque podemos ofender a los demás o incluso hacerle coger manía a su propio físico. Las enfermedades de este tipo son horribles, tengo una amiga que padeció las dos y estaba muy bien de físico pero ya no es solo un problema de "verse gorda" va mucho más allá que eso es por eso que necesitan ayuda psicológica y si pueden deben pedir ayuda :/ hay demasiadas cosas bonitas que no deberían perderse por estar jugándose la vida. Yo de peque sí tenía motivos para perder peso y fui a un especialista, aunque mi madre no le hizo demasiado caso :/ por suerte con la edad te estilizas y luego yo misma estuve yendo de médicos por un problema en las piernas y con ejercicios específicos logré superar el problemita de mis piernas. Por desgracia luego caí en depresión y ahora soy un palo, te aseguro que estando delgada he recibido muchos más insultos y ofensas que no estando gordita :/. Realmente quien acaba con enfermedades no saben lo que hacen, bueno sí, buscan cavar su propia tumba :/

    besitos♥

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